Reflexiones sobre el trabajo deportivo

EL INCREMENTO DE PERROS EN LOS HOGARES ESPAÑOLES HA CRECIDO VARIOS CIENTOS DE  MILES EN LAS ULTIMAS DECADAS. DE IGUAL FORMA LO HAN HECHO LA CANTIDAD DE PERROS ADIESTRADOS PARA EL SERVICIO DEL HOMBRE. ESTO NOS HACE PENSAR QUE, SI LA CONVIVENCIA ENTRE ELLOS Y NOSOTROS EXISTE, ÉSTA DEBE ESTAR FUNDADA EN EL INTERCAMBIO DE SERVICIOS MUTUOS COMO SON: LA GUARDA, LA DEFENSA, EL RASTREO, LA ASISTENCIA A DEFICIENTES VISUALES, ASISTENCIA DE AÑPOYO EMOCIONAL,  LA BÚSQUEDA DE DROGAS, EXPLOSIVOS, DE VÍCTIMAS EN CATÁSTROFES (AVALANCHAS, TEMBLORES DE TIERRAS, INCENDIOS, ACCIDENTES FERROVIARIOS.), O SIMPLEMENTE EL APORTE DE EQUILIBRIO Y AFECTO AL ENTORNO HUMANO EN FAMILIA,  PROCEDENTES DE NECESIDADES O DESEOS POR PARTE DE AMBOS.  ¿CONOCEMOS  LO SUFICIENTE EL COMPORTAMIENTO  CANINO? ¿ESTÁ LO SUFICIENTEMENTE ANALIZADO EN PROFUNDIDAD? QUIZÁ NOS SERVIMOS  SOLO DE RESULTADOS SACADOS DE LA EXPERIENCIA Y BASADOS EN UN JUEGO DE  PRUEBAS Y ERRORES

La principal diferencia que nos distingue del perro en la medida que nos permite denominar a las cosas que no conocemos es sin duda el lenguaje hablado. El perro tiene igualmente su propio lenguaje, cada vez más sofisticado con el paso de la convivencia con el ser humano. Pienso que es necesario conocerlo bien para profundizar en la comunicación con ellos.

         No se trata de buscar una sumisión ciega, absoluta, un dominio próximo a la ESCLAVITUD, como mucha gente piensa e incluso practica con respecto al control y convivencia con el perro, pienso más bien que debemos dirigirnos hacia una SIMBIOSIS (intercambios vitales entre las dos especies).

         Es patente la facilidad con que nuestro compañero sabe hacerse comprender cuando desea algo. Por ejemplo, estamos tranquilamente viendo la televisión en el sofá sentados y él tiene sed.  Se colocará frente a nosotros repetidas veces nos llamará la atención con un ligero gemido. Conociéndole sabemos que algo le sucede, si nos molestamos en prestarle atención y seguirle nos conducirá a su cuenco vacío del agua o bien será él mismo quien lo cogerá y nos lo traerá en la boca indicándonos lo que le pasa. Sin habérselo enseñado previamente, el perro habrá encontrado  por necesidad una forma inteligente de hacerse entender.

         De la misma forma, nosotros debemos obtener una obediencia a nuestras órdenes, a condición de que éstas tengan un motivo y no sean anárquicas o dictatoriales (tal como él hizo con nosotros en el ejemplo del agua.), en determinados ejercicios de competición, y en particular el ejercicio de envío hacia adelante a la carrera y tumbado a la orden (Voraus) la dificultad estriba en que el perro no ha llegado a comprender lo que se le está exigiendo, por qué debe dirigirse hacia adelante sin una meta definida. Por supuesto labor nuestra es hacerle comprender que la meta existe y está allí donde le enviamos.

         De cualquier manera pienso que es NEGATIVO exigir actos o cumplimentar órdenes que vayan contra su lógica, o hacerlo muy gradualmente y aplicando toda la sicología posible caso de que no haya otro remedio, por ejemplo todos sabemos que el perro en la búsqueda del malhechor debe ladrar continuadamente y no atacar al figurante, contrariamente a su aprendizaje en la preparación y provocando un ladrido para él injustificado. Ejercicio pues, que habrá que realizar buscándole una justificación mediante juego, comida etc. la realización será perfecta, en detrimento de la ferocidad del enfrentamiento del perro con el malhechor, salvo ejemplares de carácter muy fuerte que lo realizarán perfectamente pero con los que correremos el riesgo de «molestar» o «ensuciar» en el escondite.

         Nombré anteriormente  al hablar del lenguaje del perro la inteligencia. Por supuesto uso el término no en el sentido  «humano» de la palabra pero sí en toda su amplitud. para entendernos bien con él, es necesario conectar con ellos y hacer un llamamiento a su inteligencia,.  Al ejecutar los ejercicios de adiestramiento nosotros mismos no podemos escapar a un cierto automatismo, pero no es necesario tampoco llegar a la robotización. el perro posee un cerebro. La corteza cerebral es una característica de los mamíferos. En ella se desarrollan las facultades intelectuales, a ella confluyen todas las percepciones nerviosas y sensoriales de todos los sentidos, se elaboran, analizan y ejecutan a partir de allí, podríamos decir que poseen cierta actividad «inteligente».

         Sin duda muchos comportamientos tienen su origen en reflejos instintivos, pero yo diría que en un porcentaje altísimo, éstos vienen dados por el aprendizaje, la convivencia con el hombre principalmente, e incluso con otros perros después del periodo crítico ( entre uno y cinco meses) hasta la educación, el pre-adiestramiento y el adiestramiento propiamente dicho.

         La memoria asociativa del perro condiciona su inteligencia, me explico, ante una situación determinada que se le presente bruscamente, ésta la compara con una experiencia pasada para solucionarla por sí mismo si es posible. Por esto , es labor del guía, con su paciencia y buen hacer, el que debe inculcar al perro de conocimiento y experiencia, ser un poco «perro», para por ejemplo, ponerse en el lugar del cachorro a la hora de iniciarle, de sacarle en su primer paseo, de darle la primera orden, su primera mordida, sus primeros descubrimientos, (una hormiga corriendo por delante de él, un pájaro , un cubo que se arrastra con el aire, etc.) su curiosidad unida a su instinto de conservación es posible que en determinados ejemplares les incite a evitar algo de todo esto. Es en este momento a nosotros a quien le corresponde mostrar lo inofensivo de cada cosa.

         Su sentido de la curiosidad, de la jerarquía, de la imitación les hace observarnos continua y detenidamente, muchas veces explico a algunos propietarios que el cachorro les coge la «medida» a ellos antes que ellos al cachorro. Ellos copian las actitudes de su madre y sus hermanos en la camada, y de la misma forma lo hacen de nosotros aunque no nos demos cuenta, por ello en ese momento es cuando nos corresponde sustituir a la madre (la cual transmitió equilibrio a la camada) para convertirnos en el modelo a seguir en el futuro. Tenemos que aprender a sentir lo que ellos sienten para conectar en una simbiosis sin igual, ellos suelen hacerlo antes que nosotros también, se anticipan muchas veces a una orden con solo mirarnos, si estamos tristes ellos lo están, si nos distraemos ellos también, etc. por el mismo motivo, no debemos olvidar nunca que si vemos a nuestro compañero indispuesto o decaído no debemos presionar inútilmente. Ahora bien, son muy listos, y debemos saber que verdaderamente lo están, y que no es un truco para no hacer lo que ellos no quieran.

Para lograr un desarrollo pleno de esta inteligencia, debemos incluirle en nuestra vida de pleno, sin caer en un sentimentalismo o «humanización» excesiva y convertirlo en el «niño» consentido de la casa, siempre digo que se les puede querer, que nunca será un exceso, mimar incluso, pero NUNCA consentirles. El perro llegará a ser lo que nosotros nos propongamos, pero no debemos consentir que haga ni una sola vez lo que  no queramos.

         Es de pura lógica que todos los propietarios no puedan reunir las condiciones ideales para la preparación de un futuro perro de alta competición, ya sea por su carácter o cualquier otro condicionamiento, pero sí será perfectamente válido para tener un compañero despierto, equilibrado, adaptado a las circunstancias de la vida cotidiana, etc. Pero, si lo que queremos es dirigirnos hacia los ejercicios de Competición, será necesario recurrir a nuestras mejores armas, toda nuestra paciencia  y empeño.  Competir no significa participar continuamente, o ponernos como meta el Campeonato de España, o el de Europa, sino que se trata de obtener de nuestro perro la ejecución de un número de ejercicios, los cuales, si no van a encontrar a menudo ( espero que nunca para el servicio de protección) sus aplicaciones en la vida diaria, permitirán desarrollar la inteligencia del perro, conservarle en buena forma física y psíquica, y como no me canso de repetir, creo que un perro  con aptitudes sin trabajar, es como un jardín sin flores. Nuestros Schnauzer Gigantes no es la primera vez que recordamos su condición como perro apto para el trabajo, no sólo apto sino que SOMETIDO a Pruebas de Trabajo, ahora bien, ¿Conservaremos su gratificante carácter incluso sin necesidad de adiestrar? ¿Permanecerá siendo atractivo como compañero casero, de sofá o jardín sin cuidar su carácter?  Desde luego NO si nos seguimos durmiendo en los laureles. Si los criadores no se conciencian «un poquito» y no cuidan un mínimo esa chispa que les caracteriza, poco a poco veremos menguada su capacidad y atractivo.

         Debo,  con pena, decir que cada vez son más el número de ejemplares de ambos sexos desequilibrados, inestables, aumentado todo esto a su carácter nervioso, condicionante positivo como aptitud de trabajo, y tan negativo en cuanto se  nos escapa de las manos. Cada vez son más frecuentes los casos que me llegan de ejemplares que quieren regalar, desprenderse de ellos por consecuencia de su carácter,  y  por cierto jamás me han hablado de si este tipo de individuos eran más o menos bonitos. Llegado a este punto a los dueños les da igual.

         Volviendo al tema que nos ocupa, si tomamos como referencia la Pruebas de Trabajo, un Científico que las observara, (al igual que un neófito) probablemente no vería más que una consecución de ejercicios automatizados intentado llevarlos a la perfección, comparable a la experiencia de laboratorio tan conocida, de la rata que debe efectuar un recorrido con ciertos obstáculos, laberintos y trampas que deberá evitar. Al cabo de 50 ó 100 veces, la rata lo ejecutará a la perfección. En la Prueba de Trabajo existen obstáculos y ejercicios  que nos los podrían comparar con aquellos.  Básicamente lo que diferencia a uno y otro animal a  superarse no es más que la MOTIVACIÓN, en la rata es única y exclusivamente de supervivencia y alimentación. En el perro no (o muy pocas veces, rastro o algún ejercicio suelto) y sí ciertamente una motivación afectiva por el placer innato de trabajar y satisfacer al guía aumentado por la simbiosis de la que hablábamos al principio.

         La Competición, a través del adiestramiento es un Deporte que requiere mucho sacrificio, como cualquier otro que precise de un PERFECCIONAMIENTO CONTINUO, necesita de un entrenamiento continuado y bien programado, evitando los errores psicológicos que puedan crear algún tipo de conflicto en el perro. Ardua tarea que, sin duda, es en muchas ocasiones ingrata en lo que respecta al reconocimiento general de los ejemplares que lo practican con sus dueños o guías, con las horas de dedicación que se precisan para salir airosos de una  Prueba de Trabajo. Madrugones para la práctica del rastro, ejercicio físico con su consiguiente desgaste y continuos desplazamientos a los Campos de Trabajo, así como a las Competiciones repartidas por toda la Geografía Nacional e Internacional (según el nivel), por supuesto esto es perfectamente comparable a la labor de preparación y presentación de los ejemplares que compiten en Exposiciones de Belleza, pues deben procurar el estado físico óptimo para cuidar su presencia, así como las horas de dedicado arreglo y peluquería para que su aspecto sea impecable. Aún así, me vais a permitir que defienda un poquito más a los ejemplares dedicados al Trabajo. (recalcando que cualquier ejemplar predestinado a competir en Belleza no tiene porqué no poder introducirse en Trabajo si tiene aptitudes.)

La vida deportiva de un Perro de Trabajo es sensiblemente más larga que la de un Perro de Belleza, me explico: una vez conseguido el máximo nivel de Adiestramiento Deportivo, que puede ser R.C.I. 3 o SchH 3, tendremos un ejemplar de una edad media a los dos años y medio o tres. La misma edad aproximadamente que la de un buen ejemplar dedicado a la Belleza que conseguido el título de Campeón de España, si posee buenas cualidades, podrá seguir optando durante un par de años más a conseguir otros títulos Nacionales en diversos países, si no, no le quedará más opción que la de alguna salida al Ring en Clase Campeones, eligiendo Jueces que le puedan ser favorables para no verse desplazado por la inminente llegada de sangre joven desde la Clase Abierta. Y en último recurso alguna que otra salida en Clase Veteranos. Su vida  se convertirá en más casera, vivir de las rentas ( criar o montar, según el sexo )  por supuesto, parto del ejemplo de un perro que ante todo seguirá siendo «nuestro perro».

         La media de un ejemplar que compita para  el Campeonato de España de Trabajo está alrededor de los cuatro años, y la media para el caso, por ejemplo, del Campeonato del Mundo de R.C.I. puede estar en SIETE años fácilmente, teniendo en cuenta por tanto que nos podemos encontrar con ejemplares de entre cuatro a NUEVE años. En nuestro país, al margen de la raza a la que pertenezca, el ejemplar de Trabajo se preocupará verdaderamente poco de hacer montas o de criar camadas, en el caso de las hembras, lo ingrato que os comentaba anteriormente salpica directamente a la cantidad de camadas que se crían en este caso. La calidad morfológica de estos ejemplares, muchas veces ligada al ejercicio que desarrollan y otras a la selección genética de sus líneas hacen que se parezcan muy poco o nada a los ejemplares que observamos en las Exposiciones de Belleza o a las ilustraciones de los libros de razas. Hay un «dicho» que viene al caso: «Lo que se ve es lo que se vende» , la «fealdad» de algunos ejemplares hace que muchas veces  al hablar de líneas, se descarten las de Trabajo en favor de las de Belleza.

         En el caso de nuestra raza es perfectamente recuperable, que, aunque muy numerosa y difundida, aún no se nos escapa de las manos. Por poner un ejemplo claro, en el caso de el Perro de Pastor Alemán se trata ya de un caso perdido con clarísimas líneas de Belleza y Trabajo perfectamente separadas y definidas. En el Schnauzer Gigante sólo en algunos criadores de la antigua Alemania del Este que no abren aún sus líneas de sangre, de las Repúblicas Checa y Eslovaca y las  todavía intocadas de la antigua Unión soviética, se puede hablar de líneas PURAS de Trabajo, el resto en alguna ocasión han introducido algún ejemplar que aunque bueno en calidad de Trabajo también lo era en Belleza, en el caso de Alemania.

         En España, tenemos la llave de Europa en lo que respecta a calidad y pautas a seguir en la cría de Schnauzer Gigante, no es que lo diga yo porque quiera, es lo que sobradamente conceden los Jueces a nivel Internacional a los ejemplares que pasean por el resto de Europa . Algunos afamados criadores han introducido sangre nueva y con carácter en sus líneas, algunos de estos ejemplares compiten en clase de Trabajo en las Exposiciones de Belleza fuera de nuestras fronteras, tendremos que intentar ser «profetas en nuestra tierra».

         ¿Y porqué competir? me preguntaréis. Si mi perro cuida la casa como una fiera, pues el mío obedece en lo más mínimo que se le ordene… Serían contestaciones de algunos aficionados. Las Pruebas  de Trabajo, al margen de ser una serie de ejercicios basados en Pruebas y Errores, como apuntaba al principio, hoy por hoy es el único medio de definir, probar y demostrar que un determinado ejemplar tiene las aptitudes necesarias que deben reunir los perros sometidos a pruebas de trabajo y que deben demostrar las cualidades para las que fueron CREADAS sus RAZAS, y  en las que el perro demuestra que es consciente de sus posibilidades, de su estabilidad, de su fuerza y en consecuencia del equilibrio y estabilidad de su guía.

         Una buena educación y el adiestramiento bien llevado dan al perro un espíritu espontáneo e intuitivo dirigido a una meta esencialmente práctica, deportiva en nuestro caso, y de Utilidad Pública en otros casos. Un cachorro que tenga una progresión en el programa de aprendizaje que se le haya atribuido, claro, comprensivo y sin saturación, es capaz de asimilar gran cantidad de ejercicios diferentes con facilidad, pues le gustará trabajar apoyado exclusivamente por el cariño de su guía.

         En la Pruebas de Concurso que llamamos de Ataque, que en realidad son de Defensa, se basan  esencialmente en la ley humana de la propiedad, que traducida al reino animal no es otra que la territorialidad. Tienen como fin entrenar al perro para guardar: al guía, sus objetos personales, su residencia, etc. Ilustradas en el ámbito deportivo con la defensa del guía, la guarda del objeto, el ataque lanzado a la búsqueda de un supuesto malhechor que se encuentre en su propiedad con un arma (palo o revolver). Son situaciones básicamente ficticias y que lógicamente, mejor que no se tengan que usar en la vida real, pero que el perro disfruta ejecutando y que le inspiran una estabilidad emocional digna de los genes que arrastra a lo largo de generación tras generación cuando sus antepasados se ganaban la comida con su trabajo.

         Como en todas las cosas hay extremos en el Trabajo Deportivo que no son deseables, como por  ejemplo diferentes tipos de gente que nos podemos cruzar a lo largo de esta o cualquier afición, pues por desgracia, en deportes como Fútbol o Baloncesto, hay seguidores desaprensivos o jugadores sin escrúpulos ni respeto hacia sus compañeros. Yo he encontrado gente que tenía verdadera pasión por el Trabajo, que les lleva a descuidar su profesión, abandonar su familia los fines de semana, pasar noches en blanco y revolver en su cabeza el pequeño truco que permitirá a su perro mejorar un ejercicio. Porque aman sus perros, porque aman el deporte y porque para ellos, es un medio de evadirse de la rutina y de formar un equipo complementario con un cariño recíproco.  Hace algunos años, en un cursillo de Trabajo  en la modalidad de Mondioring  (ya dedicaremos otro artículo a este deporte) con uno de los máximos exponentes a nivel mundial en lo que a Trabajo Deportivo y Cría se refiere,  Luc Vansterbrugge, criador Belga propietario del famoso Afijo de Pastor Belga Malinois «Des deux Pottois», nos contaba cómo a la vuelta de un viaje anterior que nos hicieron, no había quedado muy satisfecho con un ejercicio que realizó su perro momentos antes de emprender el viaje de regreso hacia Bélgica, dándole vueltas durante todo el trayecto con su compañero de viaje y figurante Pascal Gatto, tras dieciocho horas de asfalto, cuando llegaron a casa a las tres de la mañana se fueron directos al campo de Trabajo hasta ver resuelta su preocupación.

         Hay otros que para ellos no es más que una serie de casualidades positivas que confluyen, tuvieron la suerte de conseguir un buen perro, incluso sin buscarlo, lo educaron en un buen Grupo de Trabajo, Consideran el adiestramiento como un pasatiempo que les distrae y relaja, se evaden de los quehaceres cotidianos, pero lo pueden sustituir fácilmente por un partido de fútbol o una partida de cartas. Raramente exigen a sus perros y probablemente con otro tipo de perro algo más difícil no hubieran llegado a nada.

         Para otros pocos (por suerte) es un medio de hacerse valer a través de las cualidades de un perro, atribuyéndose la gloria, los aplauso, los trofeos. El perro es un accesorio que si no da más de lo que se espera de él, se le cambia como si fuese una compra en unos Grandes Almacenes, tantas veces como haga falta, hasta que se encuentra otro que sea adecuado para sus propósitos. Esto por desgracia también es extensible a algunos «aficionados» a la Belleza. Poco importa la edad, la raza, el sexo o el precio que cueste, se guían por la moda del momento. Si el Rottweiler o el Malinois consiguen más victorias, pues a por uno. Si es una hembra de Pastor Alemán, pues una adquieren, si responde en los entrenamientos bien, sino a por otro. Esta gente desecha a lo largo de su existencia una serie de perros desgraciados que creyeron en ellos, solamente para compensar seguramente sus complejos de inferioridad. Por ley matemática es seguro que el índice de éxitos que tendrán será mucho mayor que el de otros, pero a qué precio.

         Con esto lo que quiero que vean es algunos errores en los que pienso no se debería caer,  que conecten con sus perros los neófitos que quieran iniciarse en el Trabajo Deportivo, que los Concursos no lo son todo, no es necesario ganar a toda costa si el trabajo que hemos hecho con nuestro perro corresponde a lo que esperábamos de él al margen de los resultados. De qué serviría una máquina de hacer puntos y ganar Pruebas si la encerráramos a continuación en su jaula, no pudiéramos pasear con ella por un parque, jugar con otros perros, o con nuestros hijos. Yo personalmente sacrifico un puñado de puntos y prefiero  tener un buen perro de nivel medio, de la raza que me gusta, el Schnauzer Gigante, que sea un buen compañero que se le pueda llevar a cualquier sitio, y que se le pueda dejar en un parque rodeado de críos. Estos perros no defraudan, sus guías los quieren de la misma manera que ellos a sus guías, rinden al cien por cien en lo que se les exija y sus resultados en las Pruebas no decepcionan.

Benjamín Galisteo

Mister Flynn Schnauzers